El objetivo de las trampas de grasa automáticas GREASE GUARDIAN es la de retener la mayor cantidad posible de grasas, aceites y sólidos generados en la cocinas de los restaurantes y con ello cumplir con la NOM-002-ECOL-1996
La creciente demanda de alternativas a la cremación ha dado lugar a nuevas técnicas de reducción a cenizas más sostenibles. Entre las más interesantes se encuentra la resomación, un proceso de hidrólisis alcalina capaz de reducir hasta un 35% las emisiones de CO2.
El entierro y la cremación son los dos métodos más habituales en la mayoría de los países para gestionar los cadáveres, pero no son técnicas muy ecológicas. Un cuerpo humano de tamaño medio emite unos 27 kilos de dióxido de carbono a la atmósfera durante la incineración. Y, a pesar de la mejora de los hornos crematorios, se pueden generar residuos gaseosos que son peligrosos para la atmósfera. Por su parte, la inhumación genera una mayor huella ecológica y supone una emisión de CO2 equivalente a 3,6 cremaciones.
Teniendo en cuenta el crecimiento demográfico a nivel mundial, la huella ecológica generada en los servicios funerarios es un problema que se agravará mucho más en un futuro cercano. Actualmente la media de personas que mueren a nivel global a diario es de más de 155.000, mientras que a diario nacen casi 373.000 personas. El crecimiento medio diario de la población en todo el mundo demuestra que es necesario encontrar alternativas sostenibles a la cremación y la inhumación tradicionales.